Después, los amigos -¿o algo más?-, comieron juntos en el restaurant Benihana de Beverly Hills, California, Estados Unidos.
En el set de filmación, los chicos estuvieron con Emma Roberts, quien se puso una peluca con ondas, para filmar algunas escenas de una orquesta que toca en el partido de fútbol de una escuela secundaria.
Lo curioso, es que los Taylors fueron vistos llevando un oso polar gigante, y una caja rosa, que probablemente sean bombones. ¿Será que la realidad superó a la ficción y los chicos están enamorados?
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